COACHING PARA NIÑOS Y ADOLESCENTES
“Una semilla bien regada se convertirá en una hermosa flor”

¿Por qué es importante el coaching infantil y juvenil para todos los niños?
Gracias a las sesiones de coaching infantil y juvenil, los niños y adolescentes llevarán a cabo un proceso de crecimiento personal y autoconocimiento que les permitirá superar sus bloqueos, entender y gestionar sus emociones, desarrollar sus talentos y potenciar sus fortalezas.
En definitiva, adquirir las herramientas y conocimientos necesarios para desenvolverse en la vida con sabiduría, seguridad, confianza y compasión.
Y construyan así desde pequeños una identidad fuerte y resilente. Una identidad que les permitirá tener más posibilidades de ser adultos felices, que alcanzan sus metas, sea cual sea el contexto y las circunstancias en las que les toque crecer.
¿Cómo son las sesiones de coaching infantil o juvenil?
En mi sesiones 100% personalizadas los niños encontrarán un espacio seguro y de confianza en el cual podrán expresar y mostrar libremente lo que piensan y sienten.
Mediante preguntas y otras herramientas de coaching, PNL e Inteligencia emocional adaptadas a vuestros hijos, irán expresando, casi sin darse cuenta, todas sus necesidades, miedos y bloqueos para ir poco a poco transformándolos en fortalezas y talentos, que ni ellos mismos sabían que tenían.
“Permite que tu hijo brille con luz propia“


Beneficios que tus hijos pueden obtener gracias al coaching infantil o juvenil
- Mejora de su autoestima.
- Mejora de sus habilidades de liderazgo y de resolución de conflictos.
- Mejora de su gestión de emociones.
- Descubrimiento de sus fortalezas y talentos.
- Claridad y foco para la toma de decisiones.
- Mejora de la motivación.
- Mejora de la comprensión del mundo.
- Mejora del rendimiento académico.
Reserva ya tu primera sesión gratuita de coaching para niños y adolescentes
La primera sesión consistirá en una conversación de 45 minutos para conocernos, estudiar tus necesidades y ver si el coaching es realmente lo que necesita tu hijo.
